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En la Europa de mediados del siglo XIX vivió una mujer de mente brillante y férrea voluntad. Con las ideas muy claras, Helene von Druskowitz tuvo la desgracia de no comulgar con los estándares sociales de su tiempo ni encajar en los moldes establecidos para las mujeres. Como filósofa, no tuvo reparos en criticar la obra de Nietzsche; como feminista, alzó la voz contra las injusticias de género planteando ideas de lo más revolucionarias; como mujer, reclamó su derecho a vivir su sexualidad como ella quería y convivió abiertamente con otra mujer. Al final, terminó su vida encerrada en un manicomio.
Helene von Druskowitz nació el 2 de mayo de 1856 en Hietzing, Viena, en el seno de una familia acomodada. La pequeña de tres hijos, Helene prácticamente no conoció a su padre, quien falleció cuando ella tenía apenas dos años de edad. A pesar de la trágica pérdida, su madre quedó en una buena situación económica que le permitió vivir holgadamente y proporcionar a sus hijos una…
En la Europa de mediados del siglo XIX vivió una mujer de mente brillante y férrea voluntad. Con las ideas muy claras, Helene von Druskowitz tuvo la desgracia de no comulgar con los estándares sociales de su tiempo ni encajar en los moldes establecidos para las mujeres. Como filósofa, no tuvo reparos en criticar la obra de Nietzsche; como feminista, alzó la voz contra las injusticias de género planteando ideas de lo más revolucionarias; como mujer, reclamó su derecho a vivir su sexualidad como ella quería y convivió abiertamente con otra mujer. Al final, terminó su vida encerrada en un manicomio.
Helene von Druskowitz nació el 2 de mayo de 1856 en Hietzing, Viena, en el seno de una familia acomodada. La pequeña de tres hijos, Helene prácticamente no conoció a su padre, quien falleció cuando ella tenía apenas dos años de edad. A pesar de la trágica pérdida, su madre quedó en una buena situación económica que le permitió vivir holgadamente y proporcionar a sus hijos una…